Me resulta fea la palabra cárcel. Algunos nos preguntamos con frecuencia cuál es la finalidad de las cárceles. En las democracias occidentales está consensuado que la reabilitación aunque en la práctica y en la creencia popular muchas veces predomina la venganza.
El primer ministro francés ha desautorizado rotundamente el proyecto de ley que la polémica ministra de interior Rachida Dati pretendía proponer sobre la rebaja de la edad penal a 12 años. Tanto el ministerio de justicia como el resto de organismos se han declarado «totalmente en contra. Cualquier sanción a menores de 12 años deberá tener un caracter reeducador alejado de la prisión. Es necesaria una respuesta que se adapte a su edad». Con estas palabras ha zanjado la posiblidad de una reforma de ley.
Yo lo que me pregunto es, ¿si los niños de 12 años tienen derecho a una «rehabilitación» personalizada, quiere decir que los de 14 y mayores no la tienen? Se ha aceptado el hecho de que las cárceles no son centros de educación.
La justicia anda por donde la dejen y en estos tiempos se aplica al estilo medieval: el hincha del Olympique de Marsella que se encarcela tres años sin pruebas como cabeza de turco, leyes sacadas de la manga para casos concretos saltándose los derechos individuales como la ley de partidos, honores impecables y multas colosales por salirse de lo establecido.
Las cárceles se han acercado a lo que la sociedad ha querido de ellas. ¿Pero es eso lo correcto? Preguntemos al padre de la niña asesinada por niños de 12 años. O mejor no. No me importa su opinión. Habrá que hacer algo con esos niños pero nunca meterlos en una cárcel. La justicia populera no es justa.
Capitán Patagonia 
#1 por Rumboabierto el diciembre 12, 2008 - 4:10 am
A esa mujer desde que Aznar le dio duro se le pira la pinza. XD